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«En un Sutra, Buda pregunta a sus discípulos:
Suponga que existiera un océano vasto y profundo del tamaño de este mundo, y en su superficie flotaba un yugo dorado, y en el fondo del océano vivía una tortuga ciega que emerecía sólo una vez cada 100 mil años
¿Con qué frecuencia levantaría esa tortuga la cabeza en medio del yugo?»
Ananda responde que, de hecho, sería extremadamente raro.
Somos como esta tortuga ciega, porque aunque nuestros ojos físicos no son ciegos, nuestros ojos de sabiduría lo son. El vasto y profundo océano es el océano de samsara. La tortuga ciega que queda en el fondo del océano es como nuestra permanencia en los reinos inferiores del samsara, para emerger en los reinos afortunados sólo una vez cada 100 mil años.
El yugo dorado es como el Buddhadharma, que no permanece en un lugar sino que se mueve de un país a otro. Así como el oro es precioso y raro, así Buddhadharma es PRECIOSO y muy difícil de encontrar. Durante la mayoría de nuestras vidas anteriores hemos permanecido en el fondo del vasto y profundo océano de samsara, los reinos inferiores. Sólo muy ocasionalmente hemos nacido como un ser humano, e incluso con una vida humana es extremadamente Raro conocer Buddhadharma».
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